Aquí investigo una línea de mi infancia donde percibí
la hostilidad y violencia verbal de mi abuela hacia mi madre y más delante de mi
madre hacia mí, a través de descalificaciones y juicios, con lo que construí uno
de mis personajes principales (hostil e
iracundo) y que más adelante proyecte y descargue en mis hijas.
Recuerdo estando yo en la cocina con mi abuela enojada hablaba
de mi madre definiéndola como “pobrecita de tu madre tan pendeja con tantos
hijos y tan salvajes, si no fuera por mi yo no sé qué harían tú (yo) y tus
hermanos ya que tu madre no se hace cargo de ustedes por andar de fiesta”
sintiendo vergüenza y tristeza por mi madre por lo que yo le contestaba con
miedo y coraje que no era verdad.
Dimensión del miedo.
Miedo a ser rechazada, descalificada y juzgada.
Me perdono a mí misma por haber aceptado y permitido a mí
misma sentir miedo a ser rechazada, descalificada y juzgada por una de mis
hijas en la que descargue fuertemente toda la hostilidad e ira verbal llegando
incluso al abuso físico, por lo que en la actualidad no hay ningún tipo de
contacto con ella, por lo que me he estado sintiendo culpable, en lugar de
darme cuenta que reproduje la misma historia, guion de violencia, hostilidad e
ira que aprendí en mi infancia de mi abuela hacia mi madre, posteriormente de
mi madre hacia mí y hoy de mi hacia mi hija, por lo que me perdono a mí misma
por haber aceptado y permitido mí misma, no investigar que la ira viene de la vergüenza y tristeza dentro de mí
misma, por lo que solo yo soy responsable de no ver, darme cuenta que al abusar
de mi hija reproduje una memoria de mi pasado saturada de violencia donde yo
misma fui violentada, y la culpa ha sido el escudo donde me he escondido de mi
misma para no hacerme cargo de mi responsabilidad del demonio hostil e iracundo
en el que me convertí, como la existencia de mi misma.
En y cuando me vea a mí misma entrando en vergüenza,
tristeza y culpa, Me paro y respiro, ya que me doy cuenta de que así es como
participo de alimentar el demonio de la ira dentro de mi recreando así el ciclo
interminable de abuso como violencia física y verbal hacia mi hija y con todos
los demás, permitiendo así el sufrimiento por “creer” en la culpa en lugar de
ver que cuando me culpo, me divido/separo de mi realidad. Me comprometo a ponerme
de pie aquí sin culpa, sin miedo, caminar cada una de las líneas de la ira
dentro de mí en honestidad como yo misma hasta parar todo abuso de mi misma, me
comprometo a mí misma a permanecer estable dentro de mí misma y afuera siendo
una e igual para con mi hija, para todos en mi mundo.
Continuare.
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